lunes, 13 de diciembre de 2010

Competentes para el s.XXI

En las escuelas hoy estamos buscando un modelo que nos permita atender las necesidades  formativas de nuestro alumnado proporcionándoles las herramientas necesarias para desenvolverse en la vida con éxito...  
¿Y no es eso lo que pretende la institución escolar desde siempre?  
Pues claro que sí. El problema estriba en que el entorno social actual está sometido a cambios tan rápidos que es difícil conocer cual será el panorama en el que tenga que desenvolverse nuestro alumnado al finalizar su etapa escolar.
Según dicen algunos expertos, al ritmo actual, cada diez años se renueva la mayor parte del conocimiento que tenemos del mundo y por tanto más de la mitad de los saberes que uno de nuestros alumnos o alumnas deberá adquirir, actualmente no se han producido.
Esto nos sitúa ante un escenario nuevo, un escenario de aprendizaje permanente, de adaptación al conocimiento que genera una revolución tecnológica a la que nunca se había expuesto la humanidad anteriormente.
La pregunta sería entonces ¿cómo preparar ahora a los niños, niñas y jóvenes del futuro para ese entorno que desconocemos?. La respuesta parece ser "desarrollar las competencias", es decir la interacción del saber, saber hacer y saber actuar para dar respuesta a un problema.

España se sacude en estos días ante una nueva remesa de noticias acerca del informe PISA, que cómo hace tres años no deja el nivel,de nuestros chicos y chicas de 15 años, tan bien como a la opinión pública  y a  la clase política les gustaría. 
¿A que se deben unos resultados tan pobres? quizá a algo que nuestros periodistas se les pasa por alto: 
El informe  PISA no mide conocimientos (quien fue Cristóbal Colón, los afluentes de Ebro o la fórmula del amoníaco) sino que en este informe ...no se mide el conocimiento escolar como tal, sino la capacidad de los estudiantes de poder entender y resolver problemas auténticos a partir de la aplicación de conocimientos de cada una de las áreas principales (fuente Wikipedia)
 
 A la vista de este futuro tan incierto, quizá los docentes deberíamos concentrarnos en desarrollar lo que Howard Gardner denomina "las cinco mentes del futuro" que las personas requerirán para desempeñarse adecuadamente en situaciones previsibles e imprevisibles a lo largo de su vida:
1. Una mente disciplinada que trabaje ordenadamente y que sea formada en un modelo de conocimiento académico a través de estudios formales de una profesión u oficio.
2. Una mente sintetizadora que busque, extraiga y ensamble información de múltiples fuentes y la convierta en conocimientos útiles para él y los demás.
3. Una mente creativa, que proponga nuevas ideas y que, incluso, si es necesario,realice propuestas novedosas o inusuales, pero prácticas, antes los requerimientos de solucionar problemas,
4. Una mente respetuosa de la diversidad, capaz de apreciar y valorar las diferencias individuales y colectivas, haciendo del sujeto un elemento integrador eficaz.
5. Una mente ética, capaz de considerar muy importante su aporte a la sociedad con  respeto ilimitado de los derechos propios y ajenos así como del cumplimiento sus obligaciones y responsabilidades.
Las competencias serían la conjunción de todas estas inteligencias aplicadas a entornos concretos.

Resumiendo: los docentes necesitamos reflexionar sobre lo que hacemos en nuestras aulas cada día, muchas veces nos sentimos desbordados por la urgencia de los cambios e incorporaciones que irrumpen en nuestra escuela pero asistimos, y colaboramos esperanzados, al nacimiento de un nuevo magisterio, capaz de enfrentarse a los retos de formar personas competentes para el s. XXI






 



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